El nacimiento de Vishma

Santanu era un gran rey. Él ascendió al trono cuando su padre murió y su hermano mayor renunció al mundo para convertirse en un Sanyasi, o monje.

Santanu tenía una capacidad especial que nadie más tenía. Cuando tocaba a un ser humano, no importa que edad tuviese, por su mero toque podía transformar a esa persona en un fuerte y vigoroso joven. Lo hizo muchas veces y siempre lo conseguía.

Santanu era muy hermoso y también piadoso, veraz, trabajador y dinámico. Era muy aficionado a la caza y un gran cazador. Le gustaba especialmente cazar ciervos.

Un día vio, a la ribera del Ganges, una mujer hermosísima. Quedó enamorado de su belleza y corrió hasta ella diciendo: “Por favor, dime quién eres. De hecho, no hace falta que me digas quien eres, sencillamente cásate conmigo. Quiero casarme contigo. Soy el Rey. te daré todo lo que quieras con sólo pedírmelo.”

La hermosa muchacha, Ganga Devi, dijo: “¿Estás seguro de que podrás colmarme en todos los aspectos?”

“Sí, puedo hacerlo y lo haré. Tu belleza ha capturado mi corazón.”

“Entonces de acuerdo, me casaré contigo con una condición.”

“Cumpliré cualquier condición.”

“Haga lo que haga, no te interpondrás en mi camino. Diga lo que diga, no me lo impedirás.”

“¡Nunca, nunca! No me interpondré en tu camino. Simplemente sé mi esposa. Estaré a tu entera disposición. Ciertamente, eres la belleza personificada.”

Se casaron y ambos, Rey y Reina, eran felices. Pero cuando tuvieron su primer hijo, la madre arrojó al niño en el Ganges. Tuvieron siete hijos, y en cuanto cada hijo nacía ella lo arrojaba al Ganges.

El Rey sabía que si la reprendía o se lo impedía, ella se marcharía porque esa era la condición que había puesto. Su amor por ella no tenía límites, y por miedo a perderla, permaneció callado.

Pero cuando nació el octavo hijo, él dijo: “¿Cómo puedes hacer esto? ¿Acaso no eres un ser humano? Eres la madre del niño. ¿Cómo puede una madre hacer esto? Se supone que una madre rebosa amor y compasión por sus hijos. ¡Eres tan cruel, tan infernal¡ ¿Cómo puedo mantenerte como esposa?”

La esposa sonrío y sonrío: “¡Así sea! has fracasado en mantener tu promesa. No puedo quedarme más contigo. Me voy y me llevo a mi hijo conmigo. Cuando este niño crezca y sea un joven, te lo traeré de vuelta – te lo prometo. Ahora, tengo que cuidar de él, porque es sólo la madre quien puede cuidar de un bebé. Pero cuando crezca, te lo traeré de nuevo.”

Ella mantuvo su promesa. El nombre de ese octavo hijo fue Vishma, el héroe sin par del Mahabharata.

La madre de Vishma era la diosa Ganga que había tomado forma humana. Los ocho hijos que nacieron de ella eran los ocho Vasus, inmortales que habían ofendido al sabio Vasishtha. Vasishtha los había maldecido. Su maldición era que tendrían que nacer como humanos y vivir en la Tierra. Los Vasus habían suplicado a Ganga que viniese a la tierra para ser su madre pero que los ahogase al nacer de manera que su vida terrenal fuese la más corta posible. Vasishtha había accedido a esta condición para todos excepto para el último hijo que naciese. Este había sido el principal ofensor de Vasishtha y su destino era vivir una larga vida en la Tierra.

El nacimiento humano de Vishma era el resultado de una maldición, pero él vivió la vida de un gran héroe-guerrero.

<< Volver al índice