Sri Chinmoy consagró su vida al seguimiento de un sueño: el de un mundo donde reinan la armonía y la unidad. Con ese fin, durante más de cuarenta años, fue un dinámico propulsor del entendimiento transcultural mediante las artes, el atletismo y el servicio humanitario.
Desde su llegada a América, en 1964, Sri Chinmoy estableció una amplia variedad de programas culturales, humanitarios y espirituales en muchos países, involucrando a un gran número de ciudadanos de todo tipo de condiciones sociales.
Estos proyectos promueven de nuevas maneras los valores universales y ancestrales que subyacen en todas las culturas y creencias. Fomentando el desarrollo de un corazón de unidad, los participantes en estos programas se esfuerzan por ofrecer una energía colectiva para mejorar el mundo.
"La plenitud de la vida
se encuentra en soñar y manifestar
los sueños imposibles". —Sri Chinmoy