La espiritualidad es la libertad sin fronteras del hombre en su barca de la vida: la libertad de su viaje de la vida, la libertad de las angustias de su vida y la libertad más allá de los logros de su vida.
En la espiritualidad está la Visión más lejana del hombre. En la espiritualidad está la realidad más cercana del hombre. Dios tiene Compasión. El hombre tiene aspiración. La espiritualidad es la conciencia-luz que une la aspiración del hombre y la Compasión de Dios. La espiritualidad le dice al hombre que él es el Dios encubierto y que Dios es el hombre descubierto.
La espiritualidad no es un escape del mundo de la realidad. La espiritualidad nos dice lo que la verdadera realidad es y cómo podemos descubrirla aquí en la Tierra. La espiritualidad no es la negación de la vida, sino la más pura aceptación de la vida. La vida es para ser aceptada sin reservas. La vida es para ser realizada profundamente. La vida es para ser transformada totalmente. La vida es para ser vivida eternamente.
La espiritualidad no es la canción de la ignorancia. Es la madre de la concentración, la meditación y la realización. La concentración me lleva hacia Dios dinámicamente. La meditación me trae a Dios silenciosamente. La realización ni me lleva a Dios ni me trae a Dios. La realización me revela que Dios es el Ave Azul de la Realidad de la Infinitud y que yo soy las Alas Doradas de la Verdad de la Divinidad.
La espiritualidad me ha enseñado la diferencia entre mi discurso y mi silencio, entre mi mente y mi corazón. En el discurso intento llegar a ser algo. En el silencio soy. Cuando abro mi boca, Dios cierra mi corazón. Cuando cierro mi boca, Dios abre mi corazón. Mi mente dice: “Dios me necesita.” Mi corazón dice: “Necesito a Dios.” Mi mente quiere poseer la creación de Dios mientras la está negando. Mi corazón quiere abrazar la creación de Dios mientras la está sirviendo. Mi mente dice que no sabe si piensa en Dios o en sí misma. A veces mi mente siente que como ella no piensa en Dios,tampoco Dios piensa en ella. Mi corazón ve y siente que Dios piensa en él, aun cuando él no se preocupe de pensar en Dios.
La espiritualidad me ha dicho secretamente cuál es mi necesidad suprema y cómo puedo conseguirla. ¿Cuál es mi necesidad suprema? La Bendición de Dios. ¿Cómo puedo conseguirla? Sencillamente tomándola prestada del Banco de Dios.
¿Cómo puedo devolver mi deuda? ¡Muy fácil! Sencillamente tomando otra vez un préstamo del Banco de Dios. Pero sólo debo tomar en préstamo la sabiduría y nada más. Poseída la sabiduría, cancelada la deuda. Verdaderamente, esta sabiduría es el hálito de la espiritualidad.
Yo soy el experimento de Dios. El me ha dado mi nombre: Ciencia. Yo soy la experiencia de Dios. El me ha dado mi nombre: Espiritualidad. Yo soy la Realización de Dios. El me ha dado mi nombre: Unicidad –Unicidad dentro, Unicidad fuera.
Dios es mi Realidad.
El Cielo es mi Inmortalidad.
La Tierra es mi Divinidad.
En la Tierra crezco.
Con el Cielo llego a ser.
En Dios soy.
Universidad de las Indias Occidentales
Kingston, Jamaica
10 de enero de 1968