En este poemario, publicado por primera vez en 1971, Sri Chinmoy emplea un estilo que utilizará muy a menudo a partir de entonces: el diálogo, el diálogo entre Dios y el hombre.
El Dios con quien Sri Chinmoy dialoga en estos poemas es verdaderamente —citando los términos del Bhagavad Gita— ese amigo maravilloso dentro de nosotros.
Tal vez este libro sublime pueda enseñar al lector que la revelación de todos los secretos no se halla sino dentro de sí mismo, en la incandescencia del amor por su Señor.
Publicamos aquí una selección de Los Secretos de mi Señor Revelados, que puede además escuchar aquí, recitados por Sri Chinmoy, en una grabación de 1971.
El poemario completo puede leerse en la versión original inglesa o en español en Sri Chinmoy Library.
Mi Señor, dime por favor
de una vez por todas quién soy yo.
“Hijo mío, eres Mi eterno compañero
y co-creador.”
¿Soy un creador?
¿Qué he creado yo, mi Señor?
“Hijo mío, tú has creado la necesidad constante,
dentro y fuera de ti.”
Ahora, mi Señor,
¿qué has creado Tú?
“Yo he creado la Divinidad que colma
y la Realidad colmada.”
Mi dulce Señor,
¿me echas de menos alguna vez?
“Te echo de menos,
te echo de menos siempre, Mi niño.”
¿Me echas de menos? ¡Increíble!
¿Me echas de menos siempre? ¡Imposible!
“Te echo de menos, Mi niño,
cuando Me haces sentir
que estás un poco por debajo de Mí.
¡Te echo de menos siempre
cuando entro en el corazón
de la ingratitud de Mi creación!”
Mi Señor, estoy cantando.
“Bien, eso es lo que Me complace.”
Mi Señor, estoy bailando.
“Maravilloso, eso es lo que Me encanta.”
Mi Señor, estoy sufriendo.
“No, hijo mío, no estás sufriendo.
Eso no es cierto.
Lo que estás pasando
es una serie de experiencias.
Es más, intenta comprender
que soy Yo quien está pasando
todas esas experiencias
en ti y a través de ti.”
Mi Señor,
¿estás tan ocupado como yo?
“No, no lo estoy.
De hecho,
nunca estoy ocupado.
Tú estás ocupado cavando la fosa
del pasado estéril,
y Yo simplemente estoy mirando
hacia dentro, hacia arriba y hacia adelante.
Miro hacia dentro
para ver Mi Rostro de Aspiración.
Miro hacia arriba
para ver Mi Rostro de Realización.
Miro hacia adelante
para ver Mi Rostro de Manifestación.”
El Dios de un niño
es su imaginación pura.
El Dios de un adolescente
es su creación segura.
El Dios de un joven
es su frustración fatal.
El Dios de un anciano
es su aspiración que muere e implora.
Mi Señor,
¿cuál es la diferencia
entre el amor humano y el amor divino?
“Mi niño,
la diferencia entre amor humano
y amor divino
es muy sencilla:
El amor humano necesita
desesperadamente;
El amor divino alimenta
copiosamente.”
La tierra sólo tiene un consejo para mí:
“Intenta.”
El Cielo sólo tiene un consejo para mí:
“Implora.”
Dios sólo tiene un consejo para mí:
“Sonríe.”
Yo sólo tengo un consejo para mí:
“Acepta.”
Mi Señor,
me consume el deseo
de ser tan grande como eres Tú.
“Hijo mío,
eso es muy fácil.
Simplemente haz más amplia tu visión,
más intensa tu conciencia,
y mas perspicaz tu vida.
¡Mira! Ya me has igualado.”
Mi Señor,
¿cómo es que Tú haces siempre lo correcto
y yo cometo siempre errores?
“Mi dulce niño,
cometes siempre errores
porque no tienes fe en ti mismo,
mientras que Yo tengo plena fe
en Mí mismo.”
Esta mañana acusé a Dios
de haber hecho el Cielo superior a la tierra.
Él negó mi acusación y dijo:
“Ofrezco por igual Mis Bendiciones
al Cielo y a la Tierra.
El Cielo está conmigo y en Mí.
Por eso el Cielo es eternamente divino.
La tierra es de Mí y para Mí.
Por eso la tierra está evolucionando
eternamente
hacia Mi Perfección transcendental.”
Mi Señor me dice
que necesito la ciencia y la espiritualidad.
En mi vida de deseos
necesito la ciencia
a fin de transmitir mis pensamientos
a los confines más remotos del globo.
En mi vida de aspiración,
necesito la espiritualidad
para que me traiga el mensaje
de lo Desconocido,
del Más Allá último.
"Oh Dios, ¿dónde estás?"
"Hijo mío, estoy entre tu deseo y tu aspiración."
"Mi Dios, ¿tienes algo especial que hacer con mi deseo y mi aspiración?"
"Sí, hijo mío, con tu deseo ato Mi Cuerpo externo, y con tu aspiración libero Mi Aliento interno."
Mi Señor,
he leído mucho sobre el Cielo y el infierno.
También he oído cosas acerca
del Cielo y el infierno
posiblemente más
de lo que soy capaz de digerir.
¿Qué significa cuando dicen
que alguien está viviendo en el Cielo
y que alguien está viviendo en el infierno?
“Hijo mío,
no sé a lo qué ellos se refieren
cuando hablan del Cielo y del infierno.
Pero te diré a qué me refiero Yo:
Vivir conmigo es vivir en el Cielo.
Vivir sin Mí es vivir en el infierno.”
Mi Señor,
si alguna vez no Te escucho,
¿qué sucederá?
“Mi niño, no te preocupes.
Me has escuchado millones de veces.
Si una vez no Me escuchas, no pasa nada.
Te escucharé Yo a ti
en ese momento en particular.
Si por segunda vez no quieres escucharme,
no estés triste, deprimido y sorprendido,
pues Yo mismo
hago la promesa infalible
de escucharme en tu lugar.”
Mi Señor,
ya sé que Tú no tienes que leer libros.
De todos modos,
¿has leído unos cuantos libros,
o debería decir algún libro?
“Mi niño,
sólo he leído tres libros
en toda Mi Vida sin fin.
El primer libro que leí se llama Vida,
escrito por tu madre, la Infinitud.
El segundo libro se llama Realización,
escrito por Mi hijo, la Eternidad.
El tercer libro se llama Manifestación,
escrito por Mi hija, la Inmortalidad.”