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Atletas veteranos

En la apertura de la 5ª edición de los World Masters Games (Juegos para Veteranos), celebrados en San Juan, Puerto Rico, en septiembre de 1983, Sri Chinmoy dio el siguiente discurso:

Ahora mismo todos somos ordinarios instrumentos humanos de Dios. Pero vemos que en este mundo hay quienes son más dedicados y más devotos, más voluntariosos y capaces de manifestar a Dios que nosotros. No estamos compitiendo con aquellos que lo están haciendo mejor. Pero observándolos, vemos que podemos progresar. A fin de hacer progresos tenemos que estar con el mundo, en el mundo y para el mundo. Muchas de las cosas que el mundo hace no las aprobamos –como las guerras, por ejemplo. Pero nos gustan otras cosas. Nos gusta la paz, el amor y el sentimiento de unicidad. Por nuestro sentimiento de unicidad, por nuestro amor a la paz, hemos venido a los World Masters Games. Personas de muchos países han venido a estos Juegos para mostrar su sentimiento de unicidad. Estos Masters Games nos ofrecen un mensaje especial. Nos hacen sentir que aunque tengamos cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta, ochenta o incluso noventa años, seguimos siendo los niños de Dios. Cuando alguien tiene cincuenta años, le resulta difícil considerarse a sí mismo un niño. Para nosotros es muy difícil considerarnos niños porque hemos desarrollado la mente. Pero los Masters Games nos hacen sentir que somos niños verdaderamente, porque sólo a los niños les gusta jugar. Las personas de edad avanzada se quedarán en casa viendo la televisión o leyendo los periódicos, pero los niños tienen energía ilimitada. Tienen esperanza, tienen ambición, tienen determinación. Quieren llegar a ser buenos, mejores, los mejores.

La mayor parte del tiempo, la gente mayor siente que son  un producto acabado, que su vida ha terminado. Por lo tanto no tienen esperanza o promesa alguna. Pero los Masters Games nos enseñan que las personas mayores pueden tener esperanza y promesa. Nos enseñan que las personas mayores pueden devenir inseparablemente uno con los niños, con la nueva generación.

Estamos aquí en los Masters Games para hacernos sentir que somos niños –los niños de Dios. Pues sólo los niños tienen metas superiores y hacen progresos. Las personas mayores han abandonado sus objetivos y sólo están esperando que suene la hora de la muerte. Pero los que están participando en estos Juegos están diciéndole a la muerte: “¡No estamos listos para ti, porque aún tenemos muchas cosas que llevar a cabo aquí en la Tierra. Estás llamando a nuestra puerta en el momento equivocado!”