Balarama era el hermano de Krishna. Era sumamente poderoso y su arma principal era el arado.
Una vez los Kauravas, eternamente maliciosos, aprovecharon la oportunidad de encarcelar al hijo de Krishna, Shamba. Krishna envió algunos de sus representantes para arreglar la liberación de Shamba, pero estos volvieron diciendo: “Se han negado a razonar. No van a dejar ir a Shamba.”
Balarama se enfureció por que su sobrino estaba apresado. Fue al palacio de los Kauravas y arrojo su arado bajo sus murallas. Entonces le dijo a Duryodhana, el jefe Kaurava: “¡Si no entregas a Shamba ahora, destruiré este palacio!”
Duryodhana conocía la fortaleza de Balarama en inmediatamente entregó a Shamba y pidió el perdón de Balarama.
Balarama dijo: “No te comportes como un tonto. Tu poder no es otra cosa que la exultación de tu estupidez. Estás desafiando a Krishna. ¡Él es el Señor mismo! Me estás desafiando a mí. ¡Yo soy aquel que contiene fortaleza sin medida! Vosotros mortales, nunca os atreváis a crear ira en mi hermano Krishna o en mí, porque la muerte inmediata vendrá y os estrechará la mano. ¡Tened cuidado!”