Utanka

Sucedió que el sabio Utanka había estado en su ashram al tiempo de la batalla de Kurukshetra. Había estado todo el tiempo profundamente absorto en la oración y la meditación y no sabía nada de los terribles acontecimientos que habían sucedido. Así que, cuando Krishna fue a visitarlo después, Utanka le pidió noticias de los Pandavas y los Kauravas.

Krishna le relató entonces la historia de la gran batalla. Le contó que los Pandavas habían vencido y que Duryodhana y todos sus hermanos habían sido exterminados. Utanka exclamó: “¿pero qué habían hecho?” Krishna dijo: “Tú sabes lo poco espirituales que eran. Sabes cuán despiadadamente torturaron a los Pandavas.”

Utanka dijo: “Lo sé, lo sé, pero ¿significa eso que tengan que ser exterminados? Krishna, no entiendo esto. Dime, ¿estabas tú allí?”

Krishna dijo: “Sí, estaba allí. Yo era el auriga de Arjuna, pero no luché.”

Al oír esto, el sabio estaba indignado. “No peleaste, pero tu presencia misma fue una gran ayuda para los Pandavas. Tú les diste inspiración y fuerza. ¡Krishna, tú eres el responsable de esta destrucción, y te voy a maldecir!”

Krishna dijo que lo había hecho lo mejor que podía, había ido allí personalmente para impedir la guerra, pero los Kauravas se habían negado a escuchar, de hecho se habían burlado de él y le habían insultado.

Utanka dijo: “Así que esa es la razón por la que entraste en esta batalla, ¡porque se burlaron y te insultaron!”

Krishna dijo: “No, eso no es verdad. Fue porque vi que había llegado el momento de que fueran destruidos. Trate por todos los medios de impedir la batalla. Pedí que le dieran a los Pandavas tan sólo cinco pueblos, pero rehusaron. Era la voluntad de Dios que fueran destruidos.”

Utanka se puso furioso: “¡La Voluntad de Dios! ¡La Voluntad de Dios! ¡Era la voluntad de Krishna el canalla!”

Utanka estaba a punto de pronunciar una maldición sobre Krishna, cuando le invadió un repentino cambio. Se dio cuenta de que estaba equivocado y de que Krishna no era culpable. Su voz interna le dijo que Krishna era el Señor del Universo, y le pidió a Krishna un vislumbre de su Forma Universal.

Krishna dijo: “¡Utanka, no quiero ser maldecido por ti! ¡He aquí, mi Forma Universal!”

Entonces Krishna reveló a Utanka lo que había mostrado a Arjuna en el campo de batalla. Utanka vio en Él un firmamento infinito, cientos de soles, estrellas, planetas, todas las criaturas y seres humanos, naciendo, viviendo y muriendo dentro de Él, bajo Su guía suprema.

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