Cuando nos concentramos, enfocamos nuestra atención en una cosa específica. Pero cuando meditamos, sentimos que tenemos dentro de nosotros la capacidad de ver muchas cosas, tratar con muchas cosas y acoger a muchas cosas al mismo tiempo. Cuando meditamos intentamos expandirnos como un ave desplegando sus alas. Tratamos de expandir nuestra conciencia finita y entrar en la Conciencia Universal, donde no hay miedo, envidia o duda, sino sólo alegría, paz y poder divinos.
La meditación significa nuestro crecimiento consciente en lo Infinito. Cuando meditamos, lo que hacemos realmente es entrar en una mente vacante, calmada, silenciosa, y dejarnos alimentar y nutrir por la Infinitud misma. Cuando estamos en meditación, sólo queremos comunicarnos con Dios. Ahora estoy hablando en español y me podéis entender porque sabéis muy bien el español. Igualmente, cuando sepamos meditar bien, podremos comunicarnos con Dios, porque la meditación es el lenguaje que utilizamos para hablar con Dios.