1 de noviembre
Elige servir. El mundo comenzará a amarte de inmediato.
Una persona espiritual ha encontrado su trabajo. Su trabajo es el servicio desinteresado. Su trabajo es la acción dedicada. De hecho, no tiene necesidad de ninguna otra gloria. Su acción es la aceptación divina de la existencia terrenal. Y por esto necesita un cuerpo perfecto, una mente fuerte, un corazón fervoroso y una vida supremamente inspirada de receptividad interna y capacidad externa.
Ayer deseaba conseguir,
para llegar a ser
alguien o algo grande
en el mundo.
Hoy mi deseo ha sido purificado
y transformado en la aspiración
de servir al mundo.
2 de noviembre
Para servir a Dios, deseo que mi vida sea una vida de donación desinteresada.
¿Quieres que tu vida sea de servicio a Dios, de manera que puedas colmar Su Misión? Si es así, devuélvele al alma su trono aquí y ahora. Has expulsado al alma y has puesto al ego en su trono. Dale la cordial bienvenida al alma y únete a ella. En ese momento, el miedo te abandona, la ignorancia te abandona; finalmente, la muerte te abandona. La Eternidad te da la bienvenida, la Infinitud te da la bienvenida y, finalmente, la Inmortalidad te da la bienvenida.
¿Quieres brillar?
Puedes fácilmente brillar
como el sol
en tu autoofrecimiento
a Dios en el hombre.
3 de noviembre
Dios me enseña a servirle en la humanidad.
¿Por qué trabajamos? Trabajamos para mantenernos y mantener a nuestros seres queridos. Podemos trabajar también para mantener nuestros cuerpos en perfecta condición. Pero un verdadero aspirante ve el trabajo de otra manera. Ve el trabajo como una auténtica bendición. Para él, cada empleo difícil y aparentemente penoso es una bendición disfrazada. Para él, el trabajo no es otra cosa que un servicio dedicado. Ha descubierto la verdad de que al ofrecer los resultados de lo que dice, hace o piensa, podrá realizar a Dios. Trabaja por amor a Dios. Vive por amor a Dios. Realiza la Divinidad por amor a Dios.
En el Cielo
las almas son colocadas
conforme a sus obras de autoofrecimiento,
de servicio al hombre
y de amor a Dios,
realizadas aquí en la Tierra.
4 de noviembre
Revela constantemente lo que eres: un instrumento supremamente elegido de Dios.
Mientras realizas tus actividades diarias, deberías rezarle al Supremo, al Piloto Interno, que está actuando en ti y a través de ti. Dios tiene infinito Interés por los seres humanos en cada una de sus actividades. Si tú no pones interés, es una equivocación. Pon interés pero no sientas que viene de ti. Siente que está viniendo desde alguna otra parte y que una Mano Interna te está guiando. Este es el enfoque correcto.
Cuando estás preparado para decirle a Dios
que tienes la voluntariedad,
Dios te dirá:
“Mira, hijo Mío, aquí estoy
con Mi Fertilidad para ti”.
5 de noviembre
Cuando soy todo devoción a la luz-servicio, estoy con el activo y para el activo.
Cuando hablamos y hablamos, entramos de forma consciente y deliberada en el dominio de la ignorancia. Cuando hablamos y actuamos, a veces vemos un abismo abierto entre nuestro discurso y nuestra acción. Decimos una cosa y luego hacemos algo totalmente distinto. Prometemos solemnemente hacer algo pero, cuando aparece la realidad, vemos un inmenso abismo entre nuestra promesa y su cumplimiento. Sin embargo cuando actuamos con espontaneidad, con fervor y sin condiciones, –cuando ofrecemos nuestro servicio dedicado– una Mano invisible nos guía, nos perfila y nos moldea conforme a la verdadera imagen de nuestro Piloto Interno. Sólo sirviendo al Piloto Interno devotamente en cada individuo, podemos hacer que nuestra vida sea significativa y fructífera.
Si quieres llegar a ser un león-líder
para rugir y manifestar a Dios,
entonces, en este mismo momento,
vuélvete una oveja-esclavo del hombre,
–el Dios en evolución.
6 de noviembre
El auténtico servicio desinteresado es el que no espera un resultado favorable.
El servicio desinteresado se hace sólo por amor al ofrecimiento de uno mismo; el resultado vendrá naturalmente. Si hay una acción, habrá una reacción. Pero la acción no se realizará para satisfacernos a nuestra propia manera, sino para complacer a Dios a Su propia Manera. Actuaremos cuando estemos inspirados desde adentro. Trabajaremos conscientemente y de todo corazón. Si trabajamos sin inspiración, estamos trabajando mecánicamente, como obreros en una fábrica en la que no quieren estar. Nos convertimos en otra máquina. El servicio desinteresado no es así. Es alegre, lleno de alma, consciente y constante. Primero, es un servicio de corazón; luego, es desinteresado; y finalmente, cuando llega a ser incondicional y a no estar preocupado por el resultado, se convierte en un servicio desinteresado perfecto.
Él es sumamente feliz
porque se ha convertido en
el vínculo
entre el amor de su corazón
y el servicio de su vida.
7 de noviembre
Dos vidas: la humana y la divina. La vida humana clama por vivir; la vida divina vive para ofrecer.
Cuando empleamos el término ‘servicio desinteresado’, no podemos ni debemos esperar nada. Si se trata de un servicio dedicado, podemos esperar alguna recompensa; pero cuando se vuelve desinteresado, no podemos esperar recompensa alguna. Cuando somos capaces de hacer servicio desinteresado verdadero, sin deseo o expectativa de recompensa, el resultado que conseguimos irá mucho más allá de todas nuestras expectativas. Además, mientras realizamos auténtico servicio desinteresado, obtenemos alegría en abundancia. No hemos de esperar ningún resultado o efecto posterior. El servicio desinteresado es en sí mismo la alegría más grande y la recompensa más alta.
¡Ama!
Así lo sabrás todo
acerca de la vida humana.
¡Sirve!
Así lo sabrás todo
acerca de la vida divina.
8 de noviembre
El ego en mí ayuda a la humanidad. El alma en mí sirve a la humanidad. El Dios en mí es alimentado por la humanidad cuando comprendo que todo el mundo a mi alrededor no es sino Dios mismo.
La forma más fácil de encender la llama de nuestra aspiración es mediante el servicio dedicado y desinteresado. Este servicio desinteresado ha de ser constante y espontáneo. Cuando estás haciendo algo para ti mismo o para los demás, has de sentir que estás sirviendo al Supremo.
¿Quieres merecer al Amor de Dios?
Entonces sirve a Dios-el-hombre
en la creación inacabada de Dios.
9 de noviembre
Cuando estás haciendo algo para ti mismo, has de sentir que estás sirviendo a tu mejor parte, a tu parte más elevada, más noble, más colmadora, más iluminadora. En cada momento has de sentir que eres un servidor dedicado. De esta manera tu llama de aspiración subirá más alto.
¿Quién aspira? El que siente que hay algo más alto, más profundo, más vasto que lo que ahora mismo tiene. ¿Quién sirve? Si dices que el inferior sirve al superior, eso sólo es cierto en el mundo externo. Puedes decir que un esclavo o un criado sirve al amo porque el amo es superior. Eso puede ser cierto en el mundo humano ordinario. Pero en el mundo interno vemos algo diferente. Vemos que el aspirante está sirviendo a la mejor parte que hay dentro de sí mismo. Está intentando servir a la porción más elevada de su propio ser.
Si das desde tu corazón,
tu ofrenda no sólo será
inimaginable,
sino también incuestionable.
10 de noviembre
Sirvo a Dios, no porque Él sea infinitamente más grande que yo, sino porque Él es mi querido Amigo para la Eternidad, mi Amado Supremo y mi todo para la Eternidad.
Cuando tú, como aspirante, sirves a tu parte más elevada, a tu mejor parte, no sólo lo haces por amor a la paz, la luz y la dicha interna, sino también con el fin de llegar a ser totalmente uno con esa parte más elevada. El papel del servidor terrenal termina cuando éste consigue su dinero. Nunca se atreve a pensar en llegar a ser el jefe algún día. Eso está fuera de su imaginación. Pero, cuando estás sirviendo a tu parte más elevada como aspirante, has de sentir en cada momento que te estás convirtiendo en esa parte más elevada dentro de ti y que, finalmente, te volverás uno, conscientemente, con esa parte más elevada.
La naturaleza humana
no cambia
ni puede cambiar
sin el servicio desinteresado.
11 de noviembre
La Ribera Dorada del Más Allá estará siempre a una enorme distancia, a menos y hasta que no sólo creamos en el supremo secreto del autoofrecimiento sino que también lo practiquemos en cada momento.
De todas las maneras –a través del pensamiento, a través de la acción, a través de tu propio servicio, mentalmente, vitalmente y físicamente– has de sentir que eres un objeto de dedicación para ser utilizado por Dios y los hijos de Dios. Si puedes sentir en cada momento que estás listo para servir a quienes aspiran, a quienes están sentados en tu mismo barco, en el Barco del Supremo, sólo entonces podrás sentir que tu llama de aspiración arde brillante, más brillante, brillantísima en cada momento.
Cada mañana debo darme cuenta
de que tengo ante mí la oportunidad dorada
de un día sin utilizar
para usarlo de un modo divino.
12 de noviembre
Una vida en la tierra no está hecha para el placer; una vida en la tierra está hecha para el autoofrecimiento. El autoofrecimiento nos convierte finalmente en lo que Dios es.
Cuando realmente tienes algo que ofrecerle al mundo, puedes volverte verdaderamente modesto. Cuando un árbol no tiene frutos que ofrecer, se mantiene erguido. Pero, cuando está cargado de frutos, el árbol se inclina hacia abajo. Cuando tienes humildad genuina, es señal de que tienes algo que ofrecer a la humanidad. Si estás lleno de orgullo y de ego, nadie podrá obtener nada valioso de ti.
Si tu vida de servicio
está sólo aumentando el poder de tu ego
puedes tener la certeza
de que eres un fracaso total
en el mundo interno.
13 de noviembre
Sirvamos al mundo con toda nuestra alma. Recibiremos el pago a nuestro servicio en moneda de gratitud, la Gratitud de Dios. Dios es la única gratitud.
Mientras estamos constantemente logrando algo, tenemos que acordarnos de ser modestos, a fin de dar un servicio mayor a la humanidad. Pero primero hemos de saber que si queremos llegar a ser modestos, ciertamente es porque queremos llegar a ser felices. Y en el autoofrecimiento nos hacemos realmente felices. La auténtica humildad es la expansión de nuestra conciencia y nuestro servicio.
Cuando hago servicio desinteresado
una hora cada día,
Dios me dice
que soy Su querido amigo,
Su queridísimo amigo.
14 de noviembre
Olvida todas las experiencias infelices que hayas dado y recibido. Piensa únicamente en cómo puedes dar alegría a los demás y hazte así feliz a ti mismo.
Antes de nuestra realización, cuando no conocemos nuestro Ser, nuestro problema es más pequeño. Pero cuando descubrimos nuestro Ser, cuando entendemos nuestro Ser, cuando conocemos nuestro Ser, cuando realizamos nuestro Ser más elevado, en ese momento comienza el verdadero problema: ¿cómo ayudaremos a la humanidad? En ese momento, si es esa la Voluntad de Dios, tenemos que dar, acepte o no la humanidad nuestro ofrecimiento.
Cómo anhelo que mi corazón
permanezca siempre
bajo el control de mi alma,
para que mi inspiración
pueda elevarse cada día
más allá de mi creencia
y mi ofrenda-servicio
jamás se vuelva mecánica.
15 de noviembre
La felicidad está en darse uno mismo. Damos lo que somos. Somos nuestra aspiración, nuestro clamor interno; damos nuestra vida de dedicación. En el autoofrecimiento crecemos en Dios. El autoofrecimiento es el precursor de nuestro devenir en Dios.
No hay sacrificio como tal. Lo que llamamos sacrificio es, en realidad, un constante darse uno mismo —basado en el propio conocimiento de la unidad universal— y un constante dinamismo heroico que nos capacita para conquistar el mar de ignorancia en el campo de batalla de la vida y transformarlo en un mar de luz de sabiduría. Si puede uno hacer esto, entonces puede realizar a Dios y llegar a ser perfecto en esta vida.
Da lo que tienes
y lo que eres.
Serás bendecido
con nuevas mañanas
en nuevos mundos.
16 de noviembre
El regalo de mi vida externa a mi vida interna es mi servicio constantemente lleno de alma.
Puedes establecer tu unidad perfecta con el Supremo mediante el constante ofrecimiento de ti mismo, y no esperando nada de Él a tu manera. Espera todo del Supremo a Su propia Manera. Él te dará lo que quiere darte a Su Hora elegida. Por tu parte, no debería haber expectativa, tanto si te da un céntimo o cien mil dólares, tanto si te da una pizca de luz o inunda de luz tu ser entero. Deja que Él te dé lo que quiera a Su propia Manera, a Su propia Hora. Sólo así puedes establecer la unidad perfecta con el Supremo.
El servicio desinteresado
es el amor visible del ser humano por Dios
en la manifestación de Dios sobre la Tierra.
17 de noviembre
Necesito una vida que se ofrezca sin condiciones.
Mientras trabajas con tus hermanos espirituales, siente por favor que todos sois igualmente importantes ante el Ojo del Supremo, ante el ojo de tu Maestro, ante el ojo de tu alma. Tienes dos ojos y sientes que ambos tienen igual importancia. No sientes que el izquierdo es más importante que el derecho o viceversa. Cuando tienes dos cosas que reivindicas como tuyas, tratas de ser imparcial. No te identificas con tu dedo pulgar y criticas el meñique. ¡No! Tu dedo pulgar, sea cual sea su capacidad, ha venido de Dios, y sea cual sea la capacidad de tu dedo meñique, también ha venido de Dios. El ego aparece cuando no hay sentimiento de unidad o cuando quieres demostrar tu capacidad a los demás. Si separas el dedo meñique del pulgar, en ese momento el ego entra en juego. Si no haces esta separación, dirás que todo y todos son buenos ante el Ojo de Dios.
Podemos llegar al pórtico de la perfección
sólo cuando trabajamos juntos
de una manera amorosa, incansable y desinteresada.
18 de noviembre
Un acto de autoofrecimiento es un paso más hacia el devenir en Dios.
Para perfeccionar nuestras acciones, hemos de sentir que no somos nosotros quienes las hacen, sino que el Supremo es el único Hacedor. Hemos de sentir que la inspiración para la acción no es nuestra, y que el fruto de la acción no es nuestro. Si podemos sentir que somos simplemente los instrumentos del Supremo, nuestras acciones pueden ser perfectas.
Si crees que estás
ayudando muy amablemente a los demás,
estás sumamente equivocado.
Deberías sentir que estás ofreciendo
tu sonrisa-servicio
al Supremo en los demás.
19 de noviembre
Si estás haciendo de forma consciente y devota todo lo que deberías hacer –oración, meditación, servicio desinteresado– y al mismo tiempo no estás esperando nada, ni del Supremo ni de ti mismo, no puedes tener entonces arrepentimiento alguno.
El esfuerzo personal es de suma importancia. A menos y hasta que le demos al mundo en general lo que tenemos y lo que somos, no podremos convertirnos en la Realidad todo-expansiva y todo-abrazadora que llamamos Conciencia Universal de la Cumbre Trascendental. Este esfuerzo personal también está basado en la Compasión incondicional del Supremo. Lo que llamamos esfuerzo, en realidad es un resultado de la Gracia del Supremo, que se vierte constantemente sobre nuestra cabeza devota y nuestro corazón entregado.
Simplemente haz una cosa
correctamente y desinteresadamente cada día.
Entonces estás destinado a ver y a sentir
que Dios lo hará todo por ti
no sólo sin descanso
sino también sin condiciones.
20 de noviembre
Para progresar, sé consciente y ofrécete.
Cuando damos, devenimos en algo infinitamente mayor. Una pequeña gota le da su realidad, su existencia, al poderoso océano. Es sólo una gota diminuta, pero cuando se da con toda su alma, cuando entrega su existencia separada, se vuelve una con el océano mismo. A cambio de lo que damos, obtenemos infinitamente más. El autoofrecimiento es el devenir en Dios. Cuando nos damos de corazón, con devoción, sin reservas, sin condiciones, devenimos en lo Infinito, como la pequeña gota que se ofrece al océano y se convierte en el océano. Cuando ofrecemos nuestra pequeña existencia terrenal a nuestro Amado Supremo, inmediatamente nos volvemos uno inseparablemente con Su Realidad Universal y Trascendental.
Para ser un soñador de Dios
lo que necesitas
es un corazón de amante de Dios
y una vida de servidor del hombre.
21 de noviembre
Cuando nos sumergimos profundo, muy profundo, en lo más hondo de nuestra alma, sentimos que no existe tal cosa llamada sacrificio.
Cada vez que haces algo, puedes sentir que esa acción no es otra cosa que una expresión de amor. Ofrecer amor mediante el pensamiento y la acción tiene ahora mismo suprema importancia en tu vida. Si puedes sentir, mientras piensas y mientras actúas, que estás ofreciendo amor a la humanidad, al resto del mundo, podrás entonces estar más receptivo al Amor universal que es todo para ti.
El subsidio de Satisfacción
siempre estará ahí
para los que han ofrecido
sus servicios de aspiración
fervorosamente y sin reservas
a Dios,
su amado Patrón.
22 de noviembre
“Da sin condiciones”. Este es el sentido de Dios. “Recibe con alegría”. Este es el sentido del hombre.
Antes de hacer algo, antes de decir algo, antes de devenir en algo, hemos de preguntar a nuestro ser interno. Hemos de profundizar en nosotros y preguntarle a nuestra alma si es esa la Voluntad de Dios, si Dios quiere que eso se haga. En cada momento hemos de preguntar si Dios lo quiere o no. De lo contrario, hay muchas maneras de que tú me complazcas y yo te complazca sobre la base de nuestro propio entendimiento mental. Dar es muy bueno; recibir es muy bueno. Pero, además, es Dios quién se supone que debe inspirarnos a dar y recibir. La acción puede hacerse sin preguntar a la Sabiduría de Dios, pero si suplicamos a la Sabiduría de Dios que nos guíe, y después actuamos, entonces la responsabilidad será de Dios.
Dios pone
la Corona-Néctar de Su Corazón
sobre la cabeza de servicio desinteresado
del buscador.
23 de noviembre
Nunca es demasiado tarde para devenir un buen instrumento de Dios.
El amor es sabiduría; pero dentro de este amor hemos de sentir primero la Presencia de Dios. Si sentimos la Presencia de Dios en cada acción, automáticamente la acción deviene en sabiduría, porque Dios es todo Sabiduría. Por consiguiente, antes de decir nada, necesitamos aprobación. Si no obtenemos aprobación, guardaremos silencio. Obtendremos nuestra dirección desde dentro. Dios no se quedará en silencio; no será indiferente. Dios no permanece callado, lo que pasa únicamente es que nosotros no profundizamos en nuestro interior para escuchar Su Voz, Sus Dictados. Él no es como un ser humano indiferente al que preguntamos una y otra vez sin obtener respuesta. Profundiza en ti mismo. Dios responderá inmediatamente sí o no.
Dios está ahora estableciendo,
no sólo nuevas pautas
sino también más elevadas,
para quienes quieren amarley servirle
a Su propia Manera.
24 de noviembre
Nunca es demasiado tarde para que sirva a mi Amado Supremo en mis hermanos y hermanas: la humanidad.
La humildad ha de considerarse un regalo divino y un regalo supremo. Es algo que tenemos que ofrecerle a la humanidad. Hemos de sentir que la humildad es nuestro sentimiento de unidad consagrada con la humanidad. Si consideramos la humildad en el sentido más elevado y más puro del término, podemos llegar a ser realmente humildes. La humildad no es una cuestión de ponerse a los pies de alguien, no. Es algo que ha de ser compartido con el resto del mundo. Es la vida de Dios dentro de nosotros. Cuanto más nos elevamos, más grande es nuestra promesa hacia el Supremo en la humanidad. Cuanta más luz recibimos en virtud de nuestra humildad, más tenemos para ofrecerle a la humanidad.
Mi corazón amante
tiene para mí un mensaje:
Dios es siempre para mí.
Mi vida de servicio
tiene para mí un mensaje:
yo soy siempre para Dios.
25 de noviembre
Dale al mundo un momento de tu atención. Dios escuchará siempre la oración de tu corazón.
Hemos de saber que sólo hay una manera de volverse humilde, y ésta es observar lo que ocurre cuando un individuo ve, alcanza y deviene la luz. ¿La guarda toda para sí mismo? No. La comparte con el resto del mundo. Y cuando comparte, el mundo es nutrido, el mundo es colmado.
Obtienes la paz,
sólo ayudando a otros
a volverse pacíficos.
Obtienes la dicha,
sólo ayudando a otros
a volverse fervorosos.
26 de noviembre
Los Secretos de Dios son solamente para quienes sirven a Dios en el hombre.
Si nosotros, como seres humanos, queremos transformarnos en seres divinos, tenemos que ver y sentir la necesidad del sacrificio divino en la tierra. Ahora bien, ¿cómo vamos a saber si este sacrificio nuestro es completo? Podemos saber que lo es, en cuanto sentimos que al dar, no sólo obtenemos más, sino que nos volvemos completos. El sacrificio toma la forma de amor. La madre da todo lo que tiene a su hijo, con toda su alma. Si damos un poco de paz o alegría a otros y sentimos que todavía tenemos más dentro de nosotros, entonces hemos de sentir que no hemos hecho completa a la otra persona, y al mismo tiempo no nos hemos completado a nosotros mismos. Sólo cuando ofrecemos nuestra paz, amor y dicha plenamente y de todo corazón a otra persona, puede nuestro recipiente llenarse hasta el borde. Dios mismo lo llenará para nosotros.
El servicio desinteresado
mantiene tu fe en Dios
más dulce que lo más dulce
y hace tu amor-unidad con Dios
más fuerte que lo más fuerte.
27 de noviembre
Si tu corazón está verdaderamente sangrando por la necesidad de la humanidad, ¿cómo puedes tener el feo rostro de la inseguridad?
Ayudar a otros para alimentar tu propio ego es inútil. Debes saber que es una seria equivocación y que retrasará tu propio progreso. Así que lo mejor es observar si estás recibiendo un mandato interno de ayudar a otros. Si sientes que tienes un mandato interno para trabajar de esa forma, lo siguiente por tu parte es hacerlo con devoción. Deberías estar agradecido al Piloto Interno por autorizarte a servirle de esta manera. Pero si no recibes el mandato desde una fuente superior, interna, has de saber entonces que tus acciones están siendo motivadas por tu ego; en ese caso deberías parar.
En tu vida de servicio a la humanidad
la confianza es sumamente buena,
pero no desarrolles
una confianza en ti mismo desproporcionada,
y mucho menos orgullo y arrogancia.
28 de noviembre
¿Cómo puede alguna vez Dios decir no a un alma amante de la verdad y servidora del mundo? ¡Imposible!
Mientras ayudas a otros, has de sentir que la ayuda que das no procede de ti. No eres tú quien está ayudando, guiando o formando a una persona en particular; es tu Piloto Interno. Tienes que volverte un mero conducto. Mientras tocas a alguien o mientras hablas a alguien, siente que eres sencillamente el conducto.
Mi Señor,
que la mía sea la estación
devota y sin reservas
del autoofrecimiento,
que la Tuya sea la estación
sorprendentemente complacida
del recibimiento.
29 de noviembre
Cada día debes verter lágrimas por esta pobre tierra, si realmente te preocupas por Dios-el-hombre.
Supongamos que no sabes cual es la verdad, pero tienes aspiración y un interés sincero por alguien. Quieres ayudarle pero no sabes lo que vas a decir. En ese momento, no te hagas ninguna idea de cómo ayudarle, o de lo que vas a decirle o de cómo vas a aproximarte a la verdad. Haz de tu mente un recipiente vacío. Deja entonces que el recipiente sea llenado por la Luz y la Sabiduría de Dios, y simplemente compártelo con la persona. ¿Cómo puedes hacer esto? Sólo puedes hacerlo mediante tu entrega constante.
Si no limitas
tu vida de servicio,
Dios no detendrá
Su marcha-manifestación
en ti.
30 de noviembre
El servicio desinteresado es el visible amor a Dios del hombre en la manifestación de Dios sobre la Tierra.
Sólo mediante el autoofrecimiento puedes avanzar hacia la perfección de ti mismo. No hay otro camino. Ofrécete al Supremo con fervor, devoción y sin condiciones, y siente que no hay nada que Él no pueda hacer por ti. Además, aunque no haga nada por ti, eso es asunto Suyo. Él sabe lo que es mejor para ti. Lo que tú crees necesitar no es lo correcto. Lo que Él cree que necesitas es lo correcto. Entregarte es absolutamente lo correcto, porque eso es lo que el Supremo quiere de ti en tu vida. De manera que sólo mediante el autoofrecimiento puedes avanzar hacia la perfección.
Si amas al hombre en Dios
la aventura de la luz-conciencia
te abrazará sin falta.
Si sirves a Dios en el hombre
la luz-conciencia de la aventura
te reclamará y te atesorará.