Siento en todas mis extremidades Su Gracia ilimitada;
brilla blanca la Verdad de la vida dentro de mi corazón.
Mi alma asciende ahora las alturas secretas de Dios;
no hay pesar, sombrío tormento, ni muerte ante mi vista.
Ni días ni noches mortales pueden turbar mi calma;
una Luz por encima sostiene mi alma secreta.
Todas las dudas con dolor se han disipado de mi profundidad,
mis ojos de luz perciben mi atesorada Meta.
Aunque en el mundo, estoy por encima de su aflicción;
habito en un océano de libertad suprema.
Mi mente, un núcleo de infinitos pensamientos del Uno;
la vasta bóveda estrellada abraza la paz de mi Alma.
En el tiempo veloz se hallan mis días eternos,
estoy tocando Su Flauta de rapsodia.
Las acciones imposibles no lo parecen más,
en las cadenas del nacimiento ahora brilla la Inmortalidad.
De 'Mi Flauta', Sri Chinmoy