Cuando soy insultado,
cuando soy humillado,
Tú me fortaleces con el Poder de Tu Compasión.
Vienes a mí trayendo en Tus Manos la aurora
para que sustituya a mi vida de tristeza.
Las secretas lágrimas de mi corazón
crean infinito sufrimiento en Tu Corazón.
Sé que un día vendrás a mí;
por eso, todo lo que hoy tengo y soy
está bailando de alegría.