Si quieres lograr la purificación total de tu ser, el yapa puede ser muy efectivo si lo haces de una forma sistemática, paso a paso. El primer día repite quinientas veces “Aum”, “Supremo” o un mantra que tu Maestro te haya dado. El próximo día repítelo seiscientas veces; al siguiente día, setecientas, y así sucesivamente, hasta llegar a mil doscientas al cabo de una semana. Entonces comienza a disminuir de cien en cien cada día hasta que llegues otra vez a las quinientas repeticiones. Así puedes ascender a la copa del árbol y descender de nuevo.
Por favor, continúa el ejercicio, semana tras semana, durante un mes. Aunque no quieras cambiar de nombre, el mundo te dará un nuevo nombre: pureza.
Cuando estás haciendo yapa, si te equivocas y pierdes la cuenta de las repeticiones, no te preocupes. Continúa sencillamente con algún número que pueda ser aproximado. El propósito de contar es el de separar tu conciencia de las otras cosas. Cuando estés contando, no estarás pensando en alguna otra persona o cosa. Cuando estés contando, deberías procurar entrar en el mundo de silencio que hay en lo hondo del mantra. Entonces no tendrás que contar para nada. Tu conciencia estará enfocada en lo que estás repitiendo y comenzarás a sentir que estás meditando solamente en el significado interno del mantra.
En la mayoría de los casos es mejor repetir un mantra en voz alta. Pero después de algunos minutos haciéndolo, si puedes sentir que hay alguien adentro –tu ser interno– que está repitiendo el mantra en tu lugar, entonces no tienes que recitar en voz alta. En el silencio de tu corazón, tu ser interno hará el yapa por ti.
El yapa debería hacerse por la mañana o durante el día, y no justo antes de ir a acostarse. Si el yapa se hace cuando el cuerpo está cansado y quiere entrar en el mundo del sueño, la mente tan solo se pondrá agitada y perderá su concentración aguzada. Tan solo estarás haciendo que la mente trabaje de una manera mecánica y no derivarás ningún beneficio. Si el yapa no se hace con sinceridad y fervor, es inútil. Así pues, debe hacerse cien, doscientas o, como mucho, trescientas veces antes de ir a la cama. Si meditas antes de ir a dormir, estarás invocando la paz, la luz y la dicha, pero si haces yapa quinientas o mil doscientas veces antes de irte a la cama, invocarás el poder y la energía y no podrás dormir.
A menudo cuando completas tu yapa, oirás que el mantra sigue repitiéndose dentro de tu corazón. Tu boca no está pronunciándolo, pero tu ser interno ha comenzado a repetir el mantra espontáneamente.