Mientras tu corazón sea una llama de aspiración siempre-ascendente, no importa cuáles sean tus debilidades.
¿Es práctica la Meditación?
Decimos que alguien es práctico cuando hace lo correcto en el momento correcto en su vida externa. Uno piensa y actúa de un modo específico para que los demás no le engañen y para que su vida externa discurra con fluidez. Pero no importa lo listos, sinceros o conscientes que seamos, a veces nos encontramos perdidos en nuestra vida externa. No sabemos qué decir. No sabemos qué hacer. No sabemos cómo comportarnos. O a veces, a pesar de hacer y decir lo correcto, todo sale mal. No sabemos como bregar con nuestra existencia externa; no sabemos cómo manejar nuestra vida. Queremos sinceramente hacer algo o llegar a ser algo, pero no podemos.
¿Por qué sucede eso? Sucede porque nuestra capacidad externa está siempre limitada por nuestro limitado conocimiento interno. Pero si somos prácticos en la vida interna –es decir, si rezamos y meditamos– tendremos entonces conocimiento interno ilimitado. Quien tiene conocimiento interno, tiene acceso libre a la verdad infinita y a la alegría permanente, y puede controlar fácilmente su vida externa.
La vida interna lleva constantemente el mensaje de la verdad y de Dios. Donde esté la verdad, hay una semilla. Dejemos que esa semilla germine y se convierta en un árbol. Cuando el árbol pruduzca frutos, veremos la capacidad del mundo interno manifestándose en el mundo externo. Siempre crecemos desde el interior, no desde el exterior.
No importa lo que hagamos o digamos en nuestra vida externa, no nos acercamos a la luz de la verdad. Pero si meditamos primero y luego actuamos y hablamos, entonces estamos haciendo y deviniendo lo correcto. La vida interna y la realidad interna deben guiar la vida externa –no al revés. El aliento vital de la vida externa ha de venir desde la vida interna. La realidad interna debe entrar en la vida externa; sólo entonces podemos ser verdaderamente prácticos en la vida externa.