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Canto espiritual

Si puedes cantar canciones divinas
de todo corazón,
estás llamado a lograr los mismos resultados
que de tu sublime meditación.

Tú cantas canciones con infinito deleite.
Yo canto mientras camino
por el sendero de lo siempre-desconocido.
Tú cantas; por eso, incluso en la abundante oscuridad
hay una llama que luce resplandeciente.
Yo canto porque Tú eres mi camarada de la Eternidad.

Cantar nos inspira y despierta el alma dormida en nosotros. Si cantamos una canción divina, una canción del alma, eso inmediatamente trae pureza a nuestro sistema. Cantar purifica nuestra conciencia limitada y trae a nosotros Armonía universal. En nuestra vida cotidiana, rompemos constantemente la Armonía universal, pero cuando cantamos, construimos y creamos esta Armonía universal en y alrededor de nosotros.

Si podemos cantar, podemos tener la más pura conciencia y perfecta armonía en nuestra naturaleza. Nada deleita más a nuestra alma que el canto fervoroso.

Cuando canto, intento comunicar con Dios y ofrecerle lo que tengo y lo que soy. En cada canción que canto, intento ofrecerme a través de la canción con la mayor solicitud. Procuro transportar el significado de las palabras a través de mi voz. Hay muchos cantantes que tienen voces y habilidad extraordinarias para cantar. Yo no me puedo comparar con ellos. Pero he escuchado a muchos cantantes de ese tipo que no sienten el hálito vivo de las palabras cuando cantan. Sus bellas y melódicas voces llevan la melodía, pero de sus voces no obtenemos la profundidad y el verdadero significado de las palabras.

Algunas personas no poseen una hermosa voz en absoluto, pero Dios aprecia profundamente su voz porque cantan con el alma. Alguien puede ser un cantante excelente pero cantar sin aspiración o devoción alguna. Dios se interesa más por los que cantan con fervor del alma.

Cuando cantamos, nuestro ser psíquico, que es el representante del alma, es alimentado. La madre alimenta al niño siempre que está hambriento. Asimismo, nosotros tenemos que alimentar al alma, el niño divino en nosotros, cantando y meditando. Cuando el alma es alimentada constantemente, sale a la superficie y el ave del alma tiene la oportunidad de volar en el firmamento de la Infinitud y la Eternidad.

Cuando cantamos, hemos de ser uno con el cantante interno. Externamente podemos ser muy expertos en música, pero si no tenemos la capacidad de ser uno con el cantante interno, nuestro canto no será fervoroso.

La canción y el cantante deben ser inseparables. Cuando uno canta canciones espirituales, si vive la canción que canta, Dios será una Realidad viva en cada segundo. De lo contrario, Dios permanecerá en el cielo azul infinito y el cantante permanecerá abajo en la tierra. Entonces habrá una gran distancia entre los Pies de Dios y la cabeza del cantante.

Cuando un cantante-buscador canta con el alma, siente de inmediato que es inmortal, o al menos que va a estar en la Tierra muchos, muchos años. Por otra parte, cuando el mismo cantante–buscador comienza a tener abundantes pensamientos, el mundo de las múltiples actividades y problemas entra en su mente y la debilita. En ese momento él ve que su muerte se acerca rápido. Así, cuando canta con toda su alma, siente que ha devenido uno con la Inmortalidad.

Cuando cantas, tienes que pensar tanto en el cuerpo como en el alma de la canción. El cuerpo de la canción es cada palabra. Tienes que conocer bien el significado de la canción y traer la imagen ante tu mente.

Si puedes meditar por cinco o diez minutos antes de cantar, obtendrás entonces de tu meditación el aspecto del alma de la canción. Incluso sin haber meditado, a veces es posible, mientras traes la imagen de cada palabra a tu mente, obtener también el aspecto del alma. Pero para eso has de ser un gran buscador.

Si haces emerger el aspecto del alma y también simbólicamente haces emerger el aspecto del cuerpo, entonces la canción se vuelve realmente fervorosa. Los que estén escuchando en ese momento, sin duda sentirán el alma dentro de la música. Tal vez ni siquiera oigan las palabras; sólo verán el alma dentro de la canción. Verán en tu rostro la realidad divina. A veces tu alma ha permeado tu rostro externo, y tu rostro esta brillando. En ese momento, no verán otra cosa que el alma.

¿Es posible sentir nuestra alma a través de una meditación basada en el canto y la recitación prolongados?

Es muy posible ver, sentir y crecer en la luz y la realidad del alma a través del canto y la recitación. Todo depende de cómo lo hagas. Si mientras cantas y recitas, estás mirando alrededor para ver si los demás están apreciando tu extraordinaria voz, nunca podrás sentir tu alma. Si estás fijándote en cómo tu voz les da a todos tremenda alegría en forma de estremecimiento interno, has de saber que ese estremecimiento está en el mundo vital de la audiencia. Pero si estás cantando fervorosa y devotamente, y sientes en cada momento que estás ofreciendo una flor de gratitud al Supremo dentro de ti, entonces sin duda vas a sentir tu alma. Has de sentir que posees dentro de ti una provisión infinita de flores de gratitud, y que en cada segundo estás ofreciendo gratitud. Si puedes sentir esto, estás llamado a ver al alma, sentir el alma y crecer en la luz y la realidad del alma mientras cantas y recitas.

¿Cantan las almas?

Si, las almas cantan. Pero no tienen lengua y boca como nosotros. Cantan con la luz y el deleite. Su manera de comunicarse o expresarse es a través de la luz o bien del deleite.

¿Cómo podemos mantener la mente pura cuando no estamos concentrándonos o meditando?

Lo mejor que puedes hacer es aprender algunas canciones espirituales y cantarlas para ti en silencio mientras trabajas o conduces tu coche o haces cualquier cosa que no requiera una concentración mental. Mientras cantas en silencio, tu mente se está purificando, porque tu alma está saliendo al frente.

Cuando cantas o recitas, procura sentir que el Supremo está escuchando. De lo contrario, el canto se volverá un mero hábito mecánico. Siente que hay un oyente–no un oyente humano, sino el Supremo mismo–escuchando dentro de tu corazón. Cuando sientes que tienes un oyente divino, tendrás más inspiración; te sentirás cargado de inspiración ilimitada e infinita alegría interna. Cuando sientas la presencia del Supremo dentro de tu corazón, serás bendecido con la mayor alegría y orgullo. Él lo hará todo para transformar, purificar, iluminar y liberar tu mente.

Yo no puedo cantar. Mi canto es un monotono, y no puedo aprender a tocar un instrumento. ¿Puedo aún así crear música?

La palabra ‘creación’ es un término complicado, y la ‘apreciación’ es también una cosa complicada. Pero la creación y la apreciación pueden hacerse muy sencillas. La creación, cuando es unidad con la Voluntad de Dios, no necesita estar en el plano físico o el plano vital o el plano mental. Puede estar en el propio plano de Dios, mediante la unidad con Dios. Supongamos que alguien ha compuesto una hermosa pieza musical. Si puedes identificarte con el llanto interno de la música, entonces te conviertes en un compartidor, un co-creador. Yo siempre sugiero que mis estudiantes se identifiquen con mis canciones, con mi música y mi poesía. Si pueden hacerlo, tienen todo el derecho a sentir que ellos también han compuesto esas canciones, también han escrito esos poemas, también han creado esas pinturas. Es cien por cien verdad. En el plano físico, yo utilicé un papel y un bolígrafo, pero eso es insustancial. En el plano interno, la creación real es la unidad.

Cuando canto, suena tan horrible que me quita toda la inspiración.

Cantar es una forma de meditación. Si no puedes seguir la melodía, no te preocupes. No cantarás entonces en público, pero ciertamente puedes cantar cuando estás sólo.
El Supremo no va a darte una mala puntuación si no puedes seguir una melodía. Siempre y cuando cantes con el alma, el Supremo estará sumamente complacido. Tagore escribió en un poema: “Le diste una voz al pájaro. A mí no me has dado voz, pero aún así estoy cantando”. Cuando no tienes algo, y aún así lo estás ofreciendo a Dios, Dios está muy complacido contigo. Así pues, intenta cantar a tu manera. Incluso aunque la melodía no sea correcta, si cantas con el alma, es una verdadera forma de meditación. Cuando yo canto y mi voz no es buena, o cuando estoy tocando una pieza y doy una nota equivocada, dentro de la nota errónea utilizo mi poder de concentración para darle a mi voz o a mi música una dulzura, y ese poder entra en la audiencia. Estoy oyendo las notas insatisfactorias, pero la audiencia está oyendo la dulzura, las cualidades delicadas y sutiles. A veces sus mentes pueden saber que he dado una nota equivocada, pero dentro de esa nota reciben tremenda alegría: algo nuevo, algo dulce.

¿Es también una forma de cantar el escuchar la canción en tu mente?

Ciertamente. Pero cuando cantas externamente, eso convence a la mente externa. Si cantas externamente, sientes que hay un testigo. Si no completas la canción, te sentirás avergonzado. Si cantas en silencio, te detendrás en medio de una línea y nadie te criticará. Pero cuando lo haces externamente, sientes que quedarás expuesto, que el oído es el testigo.

Tus canciones son como un fluir eterno. ¿Cómo puedes decir cuando termina una y comienza otra?

En el mundo interno, mis canciones no tienen principio ni fin. Las oigo continuamente. No tengo idea de dónde vienen, y no tengo idea de dónde terminarán o de si llegarán a terminar. Pero las canciones que compongo con palabras tienen un comienzo y un final. Cualquier cosa hecha en el plano físico tendrá un comienzo y un final, mientras que cualquier cosa lograda o revelada en el plano interno no tiene un comienzo ni una culminación.
Cualquier cosa que está en la Tierra, cualquier cosa que ha sido vista por los ojos físicos, tendrá siempre un comienzo y un final. En cualquier ámbito de la vida habrá un comienzo y una culminación si la cosa está tocando el plano terrenal. Terrenal quiere decir limitado. Pero si permanece por encima del nivel terrenal, entonces no tiene comienzo ni fin.

La música es meditación
si es cantada fervorosamente por buenos cantantes
o incluso si es cantada por malos cantantes
con corazones fervorosos.

No es cómo cantas
sino para Quién cantas
lo tiene suprema importancia.

Canta una canción con toda tu alma.
En seguida, de la cabeza a los pies
estarás inundado
de tremenda alegría interna,
y esta alegría es verdadero progreso.

Cada canción fervorosa es una llama
en el corazón aspirante.
¿Dónde se halla ese corazón?
Se halla en el arte supremo
del auto-ofrecimiento constante.

Mi vida-música invoca
la Presencia de Dios
dentro de mi corazón.

Mi vida-canción está toda preparada
para la llegada de Dios
dentro de mi corazón.

Cuando tu mente se vuelve una nota musical
y tu corazón se vuelve una canción fervorosa,
sólo necesitas una cosa más:
la danza conmovedora de vida
de una nueva creación.

Tú eres mi único Amigo,
Tú eres mi vida.
Como un mendigo divino,
de un país a otro
pueda yo cantar una canción de Ti
con todo mi amor.
Pueda yo cantar la canción de Tu Victoria
toda mi vida.

La Flauta Dorada

Un mar de Paz y Alegría y Luz,
¡qué lejos está de mi alcance!
En mí llora la noche, revuelta de tormenta
y encuentra sitio para rugir y desatarse.

Imploro en alta voz, más todo en vano;
¡la tierra ingrata y yo desamparado!
¿Qué alma de poder compartirá mi duelo?
El dardo de la muerte es todo lo que hallo.

Una balsa soy en el mar del Tiempo,
mis remos han sido arrastrados.
¿Cómo puedo esperar alcanzar la región
del Día eterno de Dios?

¡Pero, escucha! Oigo la Flauta Dorada.
Sus notas traen la cumbre al descender.
A salvo estoy ahora, ¡oh, Absoluto!
¡Se fue la muerte, se fue el ceño severo de la noche!